2.2.12


Y una más de tus miradas; que huye en otra dirección
Me enseñaste a dar la espalda. ¿Para qué pedir perdón?
Ya no tengo miedo de sus ojos que me dicen que mientes.
Ahora soy la parte indiferente que no quiere ni verte.
Hoy no tengo nada y es mejor que quedarme contigo.