Acabo de caer en cuenta de que, no hay días buenos ni malos, los días
son solo eso, días. Unos son mejores como los viernes, y otros que en
particular yo los odio, son los domingos. Si les cambiáramos los nombres,
significarían otra cosa. Si el viernes se llamara lunes sería el mejor de la
semana. Pero son tópicos que nadie cambia. Somos nosotros los que les ponemos
esas etiquetas, somos nosotros los que tenemos la culpa de tener un buen o mal
día. Si por mi fuera, les cambiaría los nombre y ya no serían días, sino
sonrisas, y sinceramente nunca habría una mala sonrisa, siempre habrá sonrisas
mejores que otras, pero ¿malas? NUNCA.
Así que no echéis la culpa a los días, porque ellos no son nada sólo,
tristes nombres con una función, ordenar.
A partir de hoy, ya no va a haber días para mí, sólo SONRISAS, así nunca
podré tener una mala. Disfruta porque sólo quedan 152 sonrisas por disfrutar.